La rosa meditativa. (S. Dalí)
Esa rosa que flota en el vacío, sobre una tierra seca, fría,
inerte. Esa rosa roja pasión, que espera paciente a que algún día pueda
aterrizar sobre terreno fértil. Sobre un terreno que la acoja y que la cuide,
un terreno sobre el que poder crecer. Sobre el que vivir.
Ahí está. Perdida sin
más compañía que un cielo gris lleno de nubes que llorarán su soledad. Atenta
observa la tierra que tiene a sus pies. A veces le parece el lugar más maravilloso del
mundo. A veces descendería acariciando los campos dorados, sin pensárselo dos
veces.
Otros días, es un simple espacio muerto. A lo lejos puede
observar algunas casas. Un pueblo quizás. Gente que va y que viene, sin
preocuparse nada más que por “su” trabajo y por “sus” problemas, y por un largo
etc de “sus”. Gente que no tiene un minuto libre para pararse y alzar la vista
al cielo. Para comprender que más allá de “su”,
hay una gran rosa roja, expectante. Una enorme y bella rosa que nadie se
dio cuenta de que estaba ahí, sobre “sus” tejados.
Una rosa que un día lloró lágrimas de rocío, y entonces sí.
Entonces la tierra miró por primera hacia arriba. La tierra sintió que algo
fallaba. Que algo faltaba. Y se volvió
verde y fértil. Y sonrió.
Quizás, en lo más profundo de su alma, esas gentes sean un
gran corazón que ama. Que desea la tierra que aquel día floreció. Quizás esas
gentes no olviden que encima de sus narices flota una rosa roja llena de
sentimientos. Y quizás este sí sea el lugar maravilloso que ella estaba
esperando, y sobre el que dejará sus raices.
" y quizás esa Rosa inunde todo el cielo dando algo que hará crecer donde antes no hubo nada.."
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