sábado, 25 de febrero de 2012

Hay días para todo


La rosa meditativa. (S. Dalí)
 
Esa rosa que flota en el vacío, sobre una tierra seca, fría, inerte. Esa rosa roja pasión, que espera paciente a que algún día pueda aterrizar sobre terreno fértil. Sobre un terreno que la acoja y que la cuide, un terreno sobre el que poder crecer. Sobre el que vivir. 

Ahí está.  Perdida sin más compañía que un cielo gris lleno de nubes que llorarán su soledad. Atenta observa la tierra que tiene a sus pies.  A veces le parece el lugar más maravilloso del mundo. A veces descendería acariciando los campos dorados, sin pensárselo dos veces. 

Otros días, es un simple espacio muerto. A lo lejos puede observar algunas casas. Un pueblo quizás. Gente que va y que viene, sin preocuparse nada más que por “su” trabajo y por “sus” problemas, y por un largo etc de “sus”. Gente que no tiene un minuto libre para pararse y alzar la vista al cielo. Para comprender que más allá de “su”,  hay una gran rosa roja, expectante. Una enorme y bella rosa que nadie se dio cuenta de que estaba ahí, sobre “sus” tejados. 

Una rosa que un día lloró lágrimas de rocío, y entonces sí. Entonces la tierra miró por primera hacia arriba. La tierra sintió que algo fallaba. Que algo faltaba.  Y se volvió verde y fértil.  Y sonrió.

Quizás, en lo más profundo de su alma, esas gentes sean un gran corazón que ama. Que desea la tierra que aquel día floreció. Quizás esas gentes no olviden que encima de sus narices flota una rosa roja llena de sentimientos. Y quizás este sí sea el lugar maravilloso que ella estaba esperando, y sobre el que dejará sus raices. 

1 comentario:

  1. " y quizás esa Rosa inunde todo el cielo dando algo que hará crecer donde antes no hubo nada.."

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